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Si vais a Sevilla hay que visitar el Real Alcázar, si vais a Cádiz hay que visitar la Catedral. Cuando estéis en Jardines del Lago tenéis que ir a Sanlúcar de Barrameda y visitar la Taberna del Guerrita. Un templo de este municipio.

Los inicios

El establecimiento abrió sus puertas en 1978. Sus padres fundadores fueron Manuel Guerra Rodriguez “Guerrita” y Mercedes Monge. Y en 2008 agregaron una tienda de vinos en la trastienda: La Sacristía.

Manuel está ligado a los vinos desde una edad muy temprana, de pequeño ayudaba a su padre con los bares de “La Barbina”, la tienda de vino regentada por la familia Rodríguez Lacave por aquella época. Con 14 años empezó una colección que hoy cuenta con más de 200 miniaturas de vino y que se encuentran en la vitrina del establecimiento.

La taberna

Un templo del vino

Decorada al estilo campero y sin concesiones a la modernidad, cuenta con barra, mesas, un salón interior y un reservado. Los lugareños de toda la vida del barrio comparten barra con locos del vino que beben las manzanillas y amontillados a granel de la casa en copa grande, nada de catavinos.

Los que se queden a comer encontrarán que la comida servida bajo las órdenes de Mercedes es una comida casera y sencilla. Sustentada en productos de la zona: atún, acedías, pijotas y otros pescaítos fritos. A la par que platos de cuchareo como los garbanzos con chocos y el cazón a la marinera. Todo a precios más que razonables en un lugar donde se aprecia y se quiere el vino.

«Un lugar escondido desde 1978 en el Barrio Sanluqueño»

Un templo del vino

El lema de la Taberna der Guerrita, pero en realidad hay poco aficionados al vino de Jerez que no sepan de su existencia. De hecho se trata de un lugar de peregrinaje que todo adorador de la flor y la albariza debe visitar al menos una vez en la vida. Aunque lo habitual es que ese primer viaje sea el comienzo de un enamoramiento permanente con esta taberna, de las de verdad donde el vino inspira y emociona.

Hoy en día Manuel, después de 34 años al frente, se ha jubilado y le ha pasado el testigo a su hijo Armando. Que también posee el gen de la pasión por el vino, algo bien arraigado en la familia.

Visitar la Taberna es un privilegio para todos los amantes del vino y de la alegría de vivir. Por lo tanto, si tenéis una casa en Jardines del Lago, tenéis una parada obligatoria en este templo a la hora del aperitivo.

Ubicación